Hace poco tuve la oportunidad de ver White House down y ahora puedo compararla con Olympus has fallen, ya que ambas tienen un argumento similar y apenas tres meses de diferencia entre sus fechas de estreno.
Traté de no ir a verla con muchas expectativas pero fue difícil tomarme la película en serio desde antes de que hayan transcurrido los primeros 30 minutos. La forma en la que se desarrolla la historia es simplemente ridícula. Ni siquiera se ve difícil el conseguir secuestrar la Casa Blanca, como si el Servicio Secreto se hubiera tomado unas vacaciones. En ningún momento sientes tensión cuando comienzan los ataques ni alivio cuando los antagonistas son derrotados.
Los personajes parecen caricaturas y todo el tiempo existen comentarios o bromas que pretenden ser graciosas y me hicieron dudar si lo que estaba viendo era una película de acción o una parodia. No tengo nada en contra de mezclar comedia y acción. Creo que Die Hard y Lethal Weapon son excelentes ejemplos de cómo esta mezcla funciona muy bien. Pero en este caso, White House Down es tan ridícula que parece una película infantil. Un ejemplo de esto es cuando el presidente de los Estados Unidos en medio de la crisis se cambia sus zapatos de vestir por unos tenis deportivos para estar más cómodo durante su escapatoria.
Además de tener un terrible guión, la película está pésimamente actuada. Se supone que una película tiene que hacernos creer que lo que estamos viendo es real, aunque sea por un par de horas. Creo que al final la culpa de todo la tiene Roland Emmerich, el director. ¿No te suena el nombre? En el póster de la película dice orgullosamente: "Del director de Día de la Independencia, El día después de mañana y 2012". A mí me gustó Día de la Independencia pero las otras dos fueron pésimas. Lo único rescatable eran los efectos visuales. Es tiempo de pensar dos o tres veces antes de ver una película de este director.
Como dije, Olympus has fallen me pareció una excelente película de acción, con una muy buena dirección y buenas actuaciones. O sea todo lo que me gustó de esta película estaba ausente en White House down. Ahí lo tienen: dos películas con un argumento muy similar, en las que una se destaca y la otra te hará sentir que te robaron 131 minutos de tu vida.